En la provincia de Ourense, a medio camino entre la capital y la frontera con Portugal, se encuentra la villa de Celanova. Cuna de algunas de las figuras referenciales del galleguismo cultural y político, atesora historia sobre cada una de las piedras que componen sus calles. Y allí, en la plaza principal, esas piedras levantan el monasterio de San Salvador que entre sus múltiples usos estuvo el de cárcel. Entre sus piedras fueron privados de libertad multitud de presos republicanos, algunos de los cuales, como los que nos ocupan, acabarían asesinados.