Entre los miles de presos que pasaron por el campo de concentración de Camposancos hay muchos relatos singulares. Algunos, como el del periodista Juan Antonio Cabezas, constituyen una de las principales referencias bibliográficas de aquel periodo en el que el colegio de los jesuitas a la orilla del Miño se convirtió en campo de prisioneros. Es bien conocida la historia de Cabezas porque además, sobrevivió para contarlo. Quien no lo hizo fue un joven asturiano. Natural de Avilés y de 18 años. Se llamaba Cleominio Muñiz Lorenzo. Esta es su historia.