Las emociones suelen ser vistas como algo lejano a la lógica y el razonamiento, sin embargo están presentes en todo momento en nuestras vidas. Al centrarnos en el raciocinio hemos descuidado el conocimiento de cómo gestionarnos siendo que las emociones son una realidad explícita en nosotros. El miedo como el resto de las emociones son susceptibles a ser contempladas como herramientas o referencias que nos permita junto con el razonamiento dirigirnos hacia la experiencia más benéfica para nosotros.