Después tomó pan y, dando gracias, lo partió y se los dio diciendo: «Esto es mi cuerpo, que es entregado por ustedes. Hagan esto en memoria mía.» Hizo lo mismo con la copa después de cenar, diciendo: «Esta copa es la alianza nueva sellada con mi sangre, que es derramada por ustedes». (San Lucas 22, 19-20)