Nutrir es sinónimo de amar, aún cuando a veces sean verduras y cosas que no son muy agradables al paladar. Cuando nuestros hijos perciben el amor que tenemos por ellos, aún las cosas mas difíciles y desagradables las pasan mejor y las interpretan como esa parte no tan sabrosa del amor. Cuando no estamos pendientes de nutrir, es muy fácil caer en destruir, sin siquiera darnos cuenta.